Archivos para la Categoría: Exclusión y Género

Descripción:

Exclusión o opresión por razones de género.

Turismo sexual en Sosúa y Cabarete

Sosúa y Cabarete son dos municipios situados en la costa norte de la República Dominicana, en la provincia de Puerto Plata. Dos de los lugares que han experimentado el acelerado crecimiento turístico de este país en desarrollo y en la actualidad son un lugar en el que el comercio sexual caracteriza la mayor parte de su vida económica y social.

Para los dominicanos, los extranjeros son una excelente oportunidad para conseguir ingresos, además de una posibilidad, real o imaginada, de emigrar y salir de la pobreza. Pero en Sosúa y Cabarete, a medida que ha ocurrido este impresionante desarrollo turístico, los sectores económicos del medio rural costero han ido en deterioro y el turismo sexual se ha convertido prácticamente en la única oferta y demanda de esos lugares. Una oferta sexual que hace que familias y residentes decidan no frecuentar determinadas calles o comercios por temor de ser acosados por alguna mujer (o incluso niñas) o a que confundan a sus esposas con ellas.

Lo curioso de estos municipios es la ausencia de proxenetas y la explicación a esto es sencilla. En muchas ocasiones son las propias familias quienes ven en sus hijos la oportunidad de ganar dinero y salir de la pobreza; y la comunidad ha llegado a normalizar ese tipo de conductas. Por otra parte, también lo explican los arreglos con la policía local y los dueños de los bares, que aceptan y acogen sin reparo esa oferta sexual. Además el tipo de turista que llega para aprovecharse de ese paraíso sexual, no beneficia en nada a la comunidad y a su turismo, como sí lo haría un tipo de turismo familiar.

Parece que las autoridades se están empezando a movilizar para rescatar a las localidades de este tipo de turismo y apoyar el control de la prostitución.

ZOOS HUMANOS: Mujeres de cuello jirafa

Las «mujeres de cuello jirafa» (o ‘padaung’) forman parte del grupo étnico kayan, karen o karenni, una de las minorías étnicas tibeto-birmanas de Birmania que se compone aproximadamente de 7.000 miembros. Los kayan provienen originalmente del desierto de Gobi (Mongolia), hace aproximadamente 2.000 años se asentaron en la antigua Myanmar. Posteriormente fueron desplazadas hacia el norte de Myanmar por el gobierno, que nunca reconoció su identidad como etnia. Y después emigraron a Tailandia como refugiados debido a problema políticos con el gobierno, guerrillas, y la represión sufrida a manos de las autoridades birmanas. Al principio se asentaron en el área de Mae Hong Son, pero después también en Chiang Mai.

Esta etnia es conocida por los anillos de latón que las mujeres llevan alrededor de sus cuellos. A los cinco años comienzan a ponerles anillos al cuello, el peso de los mismos les empuja la clavícula hacia abajo, comprimiendo la caja torácica, y eso crea el efecto óptico de cuello más largo; pero en realidad la longitud no varia sino que la parte alta de la espalda se oprime. Hay distintas teorías sobre esta tradición: por un lado que los anillos eran para protegerse de ataques de tigres (lo que no se explica ya que sólo las mujeres los llevan) y por otro, que los anillos afeaban a las mujeres y así se evitaba que fueran esclavizadas por otras tribus. Pero ninguna de estas teorías está confirmada.

Sea cual sea su origen, no cabe duda de que es algo muy vistoso o atractivo para los turistas, que es precisamente donde reside parte del problema. Las tribus que habitan en Chiang Mai y Mae Hong Son son un gran atractivo para el turismo tailandés, algo que el gobierno sabe muy bien. Lamentablemente, las padaung se han convertido prisioneras del turismo y de su propia tradición: casi 10.000 turistas las visitan al año.
Estas tribus residen en recintos de los que no pueden salir, ni tienen permiso para tener otros trabajos fuera de allí o cultivar otras tierras. Además, al ser refugiados birmanos no poseen el carnet de identidad tailandés, y el gobierno dice que les concederá documentos de identidad aunque no parece hacer más que retrasarlo. Cada turista paga cinco euros por la entradas al supuesto «poblado», pero los ingresos que ellos reciben no son más que lo que obtienen de los souvenirs que fabrican (coo telas, pequeñas figuras, etc). Tampoco pueden continuar con sus estudios debido a la falta de documentos de identidad.

En el caso de los niños y los adultos hombres, son situados en la periferia del nucleo familar y económico. Al no llevar el atractivo dispositivo en el cuello, figuran solo como actores pasivos y permanecen alejados del foco de las cámaras fotográficas de los turistas y de la industria. Los Kayan también viven y trabajan en enclaves turísticos de las vecinas Chiang Mai y Mae Sai. De todos modos, la situación que se da en Bann Mai Nai Soi es sustancialmente diferente a la de estas poblaciones, ya que en estos últimos casos los Kayan no provienen de zonas de conflicto bélico sino como emigrantes laborales.

A pesar de estas condiciones de vida, los tour operadores europeos venden la atracción como uno de los platos fuertes de Tailandia, y la mayoría de los turistas, desinformados, contribuyen esta actividad que organizaciones como ACNUR han calificado de zoo humano y promueven su boicot.

Los malos tratos que reciben los Kayan en Mae Hong Son y la violación continua de una serie de derechos humanos fundamentales se apoyan en la vulnerabilidad que sufren como refugiados de guerra. Así, se han convertido en una mercancia más de la industria turística tailandesa

Según Tourim Concern, las prácticas vejatorias a las que estań sijetas las mujeres Kayan e Mae Hong Son contravienen al menos 14 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Turismo y comercialización de la cultura garífuna en Honduras

Los pueblos garífunas se encuentran localizados  a lo largo de la Costa Norte de Honduras; desde Masca en el Departamento de Cortés; hasta Tocomacho en el Departamento de Colón. Por estar ubicado en una zona netamente tropical gozan de clima cálido y templado. El mar sirve como marco delimitante. El garífuna cultiva el guineo, el plátano y la yuca, siendo el pescado su alimentación básica. Sus raíces africanas se dejan ver en sus ritos, celebraciones, elaboración de algunos alimentos y en algunos sistemas constructivos.

Actualmente la comunidad garífuna de Honduras está haciendo  un esfuerzo por reclamar un espacio en la creciente economía  turística local de la isla de Roatán. Sus pobladores sostienen que ellos sufren de una especie de pérdida cultural debido a que no tienen el control de la comercialización de su cultura a través del turismo.  Roatán es uno de los destinos turísticos más importantes del país, principalmente debido a sus arrecifes de coral, los cuales atraen a muchos buzos, a cruceros y tour operadores organizados. Las comunidades garífunas de Roatán se ubican en zonas pintorescas de la isla, pero fuera del camino de la ruta turística, desprovistos de la necesaria infraestructura turística. Sus habitantes apenas reciben una pequeña porción de los beneficios del turismo.

Los garífunas creen en el poder y el valor del turismo étnico y ellos identifican un espacio en el mercado turístico local tanto para su tradición cultural como para su propia identidad cultural, los cuales, sin embargo, actualmente están siendo explotadas no por ellos mismos sino por otros. El Leakage se manifiesta en la concentración del negocio por parte de cruceros y cadenas hoteleras «Todo incluido» promovidos por tour operadoras y agencias de viajes nacionales e internacionales. Los empresarios e intermediarios impiden que los indígenas por sí mismos controles y contextualicen la imagen presentada a y consumida por los turistas.

El baile «Punta» se ha convertido en una diversión popular entre los turistas y los garífunas participan en grupos organizados que realizan presentaciones en los complejos privados y bares situados en varias partes de la isla de Roatán y costa caribeña del país. Esta actividad se realiza en espacios controlados, donde se acuerda un pago a los músicos y bailarines garífunas o se les permite que recolecten propina. Varios de ellos han manifestado que la recompensa monetaria de este tipo de empleo nunca ha sido satisfactoria. Para fines turísticos se recurre a mofificar escenarios y locaciones divorciados de la mayoría de los aspectos de la cultura nativa. Lo que reclaman esencialmente es el derecho de propiedad de la representación de su baile tradicional precisamente debido a que es un atributo de su propia cultura. Los garífunas de Punta Gorda anhelan que los turistas llegue a su comunidad donde les puedan ofrecer un baile en su verdadero contexto, restaurantes y bares locales donde se les brinde platillos y bebidas tradicionales y también puedan ofrecer sus artesanías. Desean presentarse a sí mismos ante el resto del mundo.

PLAN DE REGENERACIÓN URBANA DEL CERRO SANTA ANA

El cerro Santa Ana está ubicado en la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Se encuentra a orillas del río Guayas, y en el tradicional barrio de Las Peñas. Abarca una superficie aproximada de 13,5 hectáreas, con una población estimada en 4.105 habitantes.

La Ilustre Municipalidad de Guayaquil generó un proyecto de regeneración urbana que inicio en julio de 2001, dándole a las casas un aspecto más colonial.2 el proyecto se acogió a las estrategias de regeneración urbana más usadas en la actualidad como son: rehabilitación, remodelación, renovación y mejoramiento. Según (Copevi, 1976), estas estrategias pueden vincularse entre sí, pues el objetivo no es únicamente  la mejora física de la zona sino las mejoras en el bienestar económico y social.

Desde entonces el Cerro Santa Ana es uno de los puntos de interés turístico más importantes de la ciudad, en un recorrido de 444 escalones donde se encuentran restaurantes, cafés, galerías de arte, cibercafés y tiendas de artesanías, está dotado de plazoletas además de áreas verdes para la recreación y el descanso.1

Uno de los inconvenientes, que no se tomaron en cuenta para la realización del proyecto de regeneración urbana es mejorar la calidad de vida, mucha gente supone que la iniciativa del Municipio de regenerar el Cerro Santa Ana ha beneficiado a los habitantes del cerro, pero este no es el caso.  Existe una marcada segregación entre quienes viven en el lado sur y aquéllos que viven en la falda norte. Más allá de pequeñas mejoras infraestructurales, tales como la construcción de una escalera de cemento y la instalación de sistemas de agua potable, seguridad y alcantarillado, varios cientos de familias que viven en las espaldas del cerro aún no tienen el acceso a las mismas oportunidades para turismo, mejoras de vivienda y legalización de la propiedad que sí han tenido quienes viven en el frente del cerro. De acuerdo a los términos de las ordenanzas de regeneración que gobiernan la cara sur del Cerro Santa Ana, sus residentes han podido legalizar su propiedad al precio gubernamental (algo entre $1 y $2 por metro cuadrado). Haciendo a un lado la provisión de la ordenanza que prohíbe a los Cerreños vender su propia propiedad privada (es decir, beneficiarse del incremento de la plusvalía logrado por la regeneración): Por lo menos el Municipio ha asegurado la permanencia de esos hogares y la residencia en el cerro.3 Esto ha generado un reparto injusto de los recursos económicos.

Los habitantes de la falda norte enfrentan un futuro mucho más ominoso e incierto. Durante décadas han estado trabajando, como una comunidad, para legalizar su propiedad ante el gobierno de la ciudad de Guayaquil; y, en los últimos diez años han enfrentado una creciente hostilidad, complicación e intimidación tanto del Municipio como de la Junta de Beneficiencia.3

Personas enjauladas para no molestar a los visitantes en Jiangxi

Se están enjaulando a las personas sin hogar  en los alrededores del templo budista Xishan  en Nanchang, provincia de Jiangxi, para  evitar molestar a los turistas y visitantes.

La Feria del Templo de Xishan atrae cientos de miles de visitantes y fieles de toda China durante el octavo mes del calendario lunar chino.

Un toldo de unos 50 metros de largo, contiene más de 100 personas, hombres, mujeres, jóvenes y viejos, sentados en el suelo.Las jaulas son tan pequeñas que los adultos no son capaces de ponerse en pie y, aunque son libres de abandonarlas a voluntad, si lo hacen son expulsados inmediatamente de la zona y abandonar la ciudad.

Muchos peregrinos se mostraron indignados por el tratamiento a las personas sin hogar y la noticia de este suceso ha llegado a multitud de países.

 

Casa de Barbie

La casa de Barbie es una casa de muñecas a escala real que la empresa Mattel ha erigido para atraer visitantes y promocionar sus productos. Aunque en estos momentos se encuentra en Berlín hasta el 25 de agosto de 2013, está pensado que luego se mueva por diferentes ciudades europeas. Varios grupos feministas y activistas de izquierda anunciaron protestas ante  la villa de plástico de lujo, que calificaron de «propaganda sexista».

Protesta contra la casa

Construida sobre un páramo industrial situado entre un tren y bloques de viviendas comunistas en el noreste de Berlín, las jóvenes fans de Barbie pueden explorar 2.500m2  por 15€. Pueden probarse la ropa, hornear pasteles taza en la cocina, pasear por la pasarela, a pasar el rato en el salón de su casa. Los organizadores han descrito  la iniciativa como una «instalación única, de tamaño natural e interactiva».

Los manifestantes dicen que Barbie es un modelo equivocado para las niñas. «Es una verdadera lástima que la gran mayoría de las niñas jueguen con una muñeca que si fuera real, sería anoréxica y cuya vida se centra en la espera de Ken en el coche», dijo  el líder del grupo Occupy Barbie Dreamhouse.

Los activistas recordaron que según estudios médicos Barbie «sería incapaz de llevar una vida normal basada en sus proporciones físicas. Ella no sólo sería  incapaz de respirar correctamente sino que sufriría los una desalineación del pie, hernia de disco espinal y que también sería infértil «.

Manifestantes feministas de FEMEN también interrumpieron al gripo de «Life In Plastic Is Not Fantastic» la apertura de la casa  gigante rosa en Berlín, diciendo que la casa contribuía a considerar a las mujeres como meros objetos.

 

Expulsión de indígenas del centro de Guanajuato

La Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHEG) inició un proceso de revisión a la administración municipal de Guanajuato después de que de que algunas mujeres indígenas denunciaran discriminación por tener vetadas las zonas céntrticas por ofrecer una “mala imagen al turismo” por lo que no se les permite

El gobierno de la ciudad de Guanajuato ha expulsado a los  indígenas nahuas de la sierra de Guerrero del centro de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, con el argumento de que no solamente de que comercian en la vía pública sin permiso, sino porque “afean” la vista al turismo.

Finalmente, tras la presión social y mediática, el conflicto llegó a un punto de entendimiento entre alcalde, que desembocó en un acuerdo entre las dos partes, en que las mujeres se comprometieron a respetar las ordenanzas municipales y el alcalde a ser equitativo y justo en la renovación de los permisos necesarios para la venta en la via pública.

Orfanato de Acodo

No se ha detenido por completo el tuk-tuk -triciclo a modo de taxi- y ya aparece un hombre para dar la bienvenida a los recién llegados. Un cartel de tamaño generoso invita a regresar por la tarde para disfrutar del espectáculo diario de danza clásica, y otro más pequeño pide a los visitantes que escriban una reseña del lugar en TripAdvisor, la principal web de críticas del sector turístico. “Gracias por visitar ACODO. Pasen, pasen”, invita el responsable. Podría ser cualquier negocio de la bulliciosa Siem Reap, que vive un boom sin precedentes en Camboya gracias al magnetismo de los templos de Angkor. Pero es un orfanato.

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Zoo humano

El pueblo Mursi, vive en el extremo suroeste de Etiopía, a unos 100 km al norte de la frontera con Kenia, en el valle del río Omo. Con menos de 10.000 habitantes, son uno de los últimos grupos en África donde las mujeres usan piezas de cerámica o de madera de gran tamaño para dilatar sus labios. Este hecho se ha convertido en el distintivo visible de los Mursi para la literatura de viajes occidental, lo que ha motivado su visibilización como atracción para turistas
Cada año cientos de turistas occidentales vienen a ver a estos nativos «exóticamente» adornados; los cuales posan para la cámara mostrando sus atributos. Desde hace algún tiempo, este negocio se ha convertido en una de sus principales fuentes de ingresos.

En los folletos turísticos promocionales, se presenta a los mursis como prueba de la quintaesencia «tribal», como ejemplo de tribu «virgen» en contraposición al mundo occidental. Sin embargo, es la necesidad cada vez mayor de los Mursi por obtener dinero en efectivo (ya que su economía se vuelve cada vez más dependientes de cambios de mercado), que los lleva a entrar en este perverso juego turístico. Así, cada mujer fotografiada negocia el precio de la fotografia con el turista, y el dinero acumulado se invierta en la compra de grano, sal, pieles de cabra y Arake, bebida alcohólica que se utiliza para proporcionar hospitalidad a los equipos de trabajo agrícola.

Fuente: Turton, D (2004) y Survival Internacional.